top of page

A algunos les dura todo el día, en cambio a otros se les pasa rápidamente. Independiente de la duración, a todos en algún momento les ha tocado estar de mal humor por distintas razones. Pero, ¿De dónde viene el mal humor?, ¿Por qué hay días en que de la nada se amanece de malas?


Según indica Marta Centellas, psicóloga del centro Sum de Barcelona, son muchos los factores que inciden en este estado de ánimo. Generalmente y siempre que no existan trastornos neurológicos, se produce una negación de la realidad. “Son personas que no están conformes con lo que esperaban, con la expectativa que habían depositado, y eso produce una frustración que puede traducirse en el enojo, el mal humor, que les hace ver las cosas todavía de forma más negativa”.


Para la psicóloga y profesora de yoga en Madrid, Diana Pérez, hay personas que parecen estar peleadas con la vida y añade que éstas pueden ser demasiado egocéntricas. Todo les puede parecer poco y casi nunca las cosas están suficientemente bien. “El mal humor es estar en resistencia, en lucha con uno mismo porque te sientes mal contigo mismo, seas o no consciente de ello. El ego quiere conseguir cosas para sí mismo. Primero es yo, y después yo, siempre yo, y se frustran porque no consiguen lo que quieren. Nada les parece bien“, declara Pérez.


En esta misma línea, algunas investigaciones han querido comprobar hasta qué punto es fuerte el ego, qué sucede cuando se le quiere someter y si hay fuerza de voluntad para ello. Roy Baumeister, profesor de Psicología Social de la Universidad Estatal de Florida y Mark Muraven, profesor de Psicología en la Universidad de Albany en Nueva York y experto en los límites del autocontrol en la conducta del ser humano, acuñaron en los años 90 el término “agotamiento del ego“, según el cual, la fuerza de voluntad es un recurso limitado que cuando se sobrepasa se convierte en una pequeña bomba de mal humor.


Un gran ejemplo son quienes han dejado de fumar, ya que parece como si el autocontrol del ansia por fumar no les dejara más fuerzas que manifestar mal humor, señala Baumeister.


Sin embargo, en oposición a lo anterior, Joe Forgas, coeditor de Frontiers, de la serie de psicología social de Psychology Press, de Nueva York y profesor de Psicología de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Sydney, asegura que el mal humor mejora las capacidades para afrontar los problemas porque son personas menos crédulas, piensan con más claridad y tienen una mayor capacidad comunicativa que los que están en permanente felicidad, consigna Yahoo Noticias.


¿Son las hormonas las culpables?


Para algunos investigadores, la respuesta es sí, ya que lo asocian a un estado de insatisfacción, de displacer, que a su vez está relacionado con los niveles de endorfinas y otros neurotransmisores como la dopamina.


Pero, ¿Cómo movilizar las hormonas a favor del buen humor?. Cada uno puede ir desarrollando sus pequeños trucos. Expertos señalan que el ser humano tiene la capacidad de escoger, es cuestión de aprender a controlar mínimamente el pensamiento.


José Elías, psicólogo, fundador y director del centro Joselías, de Madrid y unos de los pioneros en España en aplicar las técnicas de risoterapia, aconseja practicar ejercicios de control de pensamiento, ql menos para neutralizar aquellos pensamientos negativos que lo único que hacen es servir de combustible para el mal humor.


Usas protector solar, te untas cremas anti-edad y visitas al dentista cada seis meses.

Pero, ¿alguna vez te has preocupado por el cuidado interno de tu piel y tus dientes?

Los alimentos que consumimos juegan un papel muy importante en nuestra apariencia, y si queremos lucir jóvenes y radiantes, y con una hermosa dentadura, lo mejor es evitar la comida de esta lista:


1.- Sal


De acuerdo a la American Heart Association, más de 1500 mg de sodio pueden ocasionar presión arterial alta, lo que también debilita la piel al afectar el colágeno. Si te gusta mucho la sal, prepárate para tener arruguitas alrededor de los ojos, bolsas y ojeras.


2.- Azúcar


Los dermatólogos aseguran que el azúcar afecta los vasos sanguíneos y acelera el proceso de envejecimiento. Incluso, afirman que si dejas el azúcar por una semana, antes de llegar al séptimo día notarás una piel más clara y vibrante.


3.- Café


Además de despertarte todas las mañanas, el café contiene una doble dosis de elementos envejecedores. No sólo mancha tus dientes, sino que también deshidrata tu cuerpo, lo que ocasiona que tu piel se vea seca y menos lozana.


4.- Alcohol


El alcohol saca el agua de tus células, lo que ocasiona bolsas en los ojos. Otra razón para alejarse del alcohol es que regularmente lo acompañamos con snacks salados (lee punto 1).


5.- Carne roja


De acuerdo a un estudio de Cleveland Clinc’s Wellnes Institute, comer carne roja más de una vez a la semana está ligado a las arrugas y a serios problemas cardiacos. Se supone que los altos niveles de carnitina (un compuesto abundante en las proteínas animales), endurece las paredes de los vasos sanguíneos, lo que provoca que aparezcan esos horribles pliegues en la piel antes de tiempo.


6.- Carbohidratos


Alimentos como el pan blanco y la pasta tienen un alto índice glicémico, el cual inflama la piel. Además de romper el colágeno encargado de mantener la piel fuerte, y la elastina que hace que tu piel sea más flexible.


7.- Comida picante


El chile es buenísimo para tu metabolismo, pero muy malo para la piel de algunas personas. Especialmente si tienes rosácea o estás en la menopausia. Esto debido a que la comida picante dilata los vasos sanguíneos.


8.- Carnes frías


Los conservadores en este tipo de carnes son famosos por sus propiedades pro inflamatorias, haciendo que la piel se vea hinchada y rojiza.


9.- Sodas


Esas deliciosas bebidas azucaradas no son nada buenas para tu piel y tus dientes. El refresco es altamente ácido y desgasta el esmalte de los dientes, haciéndolos más susceptibles a las caries. Además, si disfrutas de un refresco por día, lo más seguro es que luzcas más grande de lo que en verdad eres, esto gracias a los altos niveles de sodio que contienen.


10.- Grasas trans


Estas grasas manufacturadas que encontramos en la comida rápida, además de llevarse tu cintura, también toman la elasticidad de tu piel y tapan tus arterias.

La Sociedad Española de Cardiología (SEC) alerta de que la sal ya puede considerarse como una droga, no sólo por los efectos perjudiciales que provoca en nuestra salud, sino también por la alta capacidad adictiva que posee.


Así, un estudio elaborado en ratones por las universidades de Duke y Melbourne demostró que la necesidad de consumir sal era la misma que la relacionada con la adicción a la cocaína o a los opiáceos como la heroína. Con imágenes cerebrales, se observó que en ambos procesos se activaba la misma zona del cerebro.


De esta manera, ante el consumo de estas drogas o de sal se producían cambios profundos en ciertas células nerviosas del hipotálamo; provocando un aumento del tamaño y de la cantidad de las neuronas al igual que de dos proteínas específicas relacionadas con la adicción y el placer (dopamina y orexina). «Este alto poder adictivo de la sal podría explicar por qué consumimos el doble de la cantidad aconsejada al día, ya que de entre los 5 - 6 gramos recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), una persona común consume al rededor de 11 gramos al día, practicamente el doble de lo aconsejado. Además de cáncer de estómago, insuficiencia renal u osteoporosis, la sal favorece la aparición de hipertensión, causante esta del 62% de los accidentes cerebrovasculares y del 42% de las enfermedades del corazón, según la OMS».


Las defunciones por la hipertensión están aumentando peligrosamente en los últimos años. Así, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), mientras que en el año 2003 las enfermedades hipertensivas fueron las causantes del 4,8% del total de defunciones por causa cardiovascular, en el año 2012, esta cifra prácticamente se ha doblado, siendo las responsables del 8,4%.


«Es urgente que las autoridades sanitarias tomen medidas ante esta problemática, ya que el 80% de la sal que consumimos proviene de los alimentos precocinados. Hasta el 20% de la cantidad consumida diariamente está presente únicamente en el pan, por lo que creemos necesario que siga intensificándose la regulación de este alimento, ya que se ha establecido que cada año se reduzca un gramo de sal.


Esta misma medida debería aplicarse también en otros alimentos siguiendo las estrategias que han seguido otros países como Finlandia o Portugal», anuncia el doctor González-Juanatey. «Otra medida necesaria es trabajar en un mejor etiquetado de los productos, que clarifique la cantidad de sal y del resto de ingredientes que contiene de cada alimento».


La SEC también solicita que los ciudadanos sean más responsables de los alimentos que consumen diariamente: priorizando la compra de aquellos que son bajos en sal; disminuyendo la cantidad de sal que se usa en la cocina; añadiendo a su dieta al menos cinco piezas de frutas y verduras de 80 gramos cada una; y reduciendo el consumo de grasas, especialmente las saturadas.


«Sólo con la colaboración de todos los agentes implicados: industria alimentaria, población y autoridades sanitarias, conseguiremos superar esta adicción y mejorar así el control de una enfermedad que cada año provoca más defunciones» concluye el presidente de la SEC.

bottom of page